Reflexión final


En esta última entrada se trata de reflejar y sintetizar las ideas claves que he aprendido a lo largo de los diferentes bloques que hemos tratado. Partiendo de mis conocimientos previos y gracias a la elaboración de las actividades de los diferentes bloques, he ido ampliando mis conocimientos respecto a la didáctica de la lengua española. Para ello, voy a hacer un pequeño recorrido por los contenidos analizando los puntos más importantes y aquellos que más me han aportado. Me voy a centrar en los tres primeros bloques porque me parece sumamente importante trabajar en el aula la expresión oral, la lectura y la escritura, entre otros muchos aspectos por supuesto.

El primer bloque que vimos estaba relacionado con el lenguaje, la lengua y la comunicación oral. Antes de estudiar este tema ya me resultaba evidente, pero ahora lo es más aún, la importancia que tiene el lenguaje para los seres humanos; es nuestra vía de comunicación con los demás, nos ayuda a expresarnos y a relacionarnos. Aprender a hablar es uno de los grandes hitos que lleva a cabo el ser humano y lo hace sólo, a través de una lengua que aprende en su entorno. Está escrito en nuestros genes que somos seres sociales que necesitamos de esa comunicación con otras personas para relacionarnos. La lengua, como sistema de signos que es, nos permite intercambiar información con todos aquellos que conocen la misma lengua. Eso tiene un valor incalculable. 
Es importante pues conocer como se produce la adquisición y desarrollo del lenguaje, ya que nos puede ayudar como maestras a entender a nuestro alumnado y poder adaptar el aprendizaje a sus necesidades. Y proporcionarles las herramientas necesarias para un correcto aprendizaje de la lengua. 

Todo esto me ha hecho reflexionar. Dentro de la comunicación la expresión oral juega un papel muy importante y creo que es uno de los grandes retos a superar para muchos. Es verdad que es un aspecto difícil de valorar dentro del aula, tal y como se trabaja hoy en día, pero también creo que es difícil porque tampoco se le dedica tiempo, de una manera regular y progresiva. Según vamos avanzando en los cursos cada vez se exige más tener una expresión correcta, hasta llegar al punto de que un universitario tiene que saber defender correctamente su trabajo de fin de grado. Y en todos esos años, por lo general, se le dedica entre poco y nada de tiempo a saber hacerlo adecuadamente. 

Seguramente deberíamos aprender a incorporar tareas de expresión oral en el aula, desde primaria, evidentemente siempre ajustadas al nivel del curso. La actividad que trabajamos en este bloque, el debate, es una buena manera de hacerlo, que se puede potenciar en las aulas, ya que implica la preparación de un tema, organizar las ideas y posteriormente saber comunicar y defender una postura. Además, se puede llevar a cabo en diferentes asignaturas, no necesariamente en lengua. Pero también me parece interesante realizar otras actividades de expresión que no se hayan preparado previamente. En general, los momentos en los que se nos exigen una buena expresión suelen ir precedidos de un tiempo para prepararlo, como puede ser el mencionado TFG o la exposición de un trabajo en cualquier etapa. Pero, a veces, tenemos que comunicarnos sin preparación previa, como a la hora de dirigirnos a un profesor o en una entrevista de trabajo (ciertos aspectos no se pueden preparar), y es necesario saber hacerlo correctamente. Y esto también se puede trabajar y potenciar en el aula, dando espacio a estos momentos y dando las pautas necesarias para mejorar lo que se necesite, coger soltura y tener confianza y seguridad cuando se habla. 

Evidentemente uno de los factores más importantes, como en otras muchas tareas, es la motivación del alumnado, por lo que este tipo de actividades deben llevarse a cabo de manera amena, divertida, regular, y con temas de interés para el alumnado. Todos esos esfuerzos realizados por el alumnado para expresarse y comprender, deben ir acompañados de esfuerzos de sus profesores/as por guiarles y acompañarles en el camino. Y también, no lo olvidemos, debemos servirle de ejemplo, por lo que hay que cuidar nuestra manera de expresarnos en todo momento. 

Por lo tanto, algunas de las pautas son una preparación previa, un clima adecuado y propicio, la estimulación y motivación del alumnado y la formación por parte del profesorado, entre otras. El interés y la escucha son algunas de las partes fundamentales que deberemos trabajar en el aula si queremos generar situaciones en las que trabajar con nuestro alumnado la expresión y comprensión oral, tan importantes ambas para su desarrollo y día a día.

En el segundo bloque nos centramos en la lecturaAprender a leer es complicado, hay que identificar las letras, comprender las palabras, recordar lo leído…influyen muchos factores que como docentes tenemos que tener en cuenta, tratando de cubrir las necesidades que tenga nuestro alumnado en cada uno de ellos. 

La manera tradicional, forzada, que tenemos generalmente en los colegios para aprender a leer se ha quedado obsoleta y debe ser renovada, actualizada y replanteada de manera que ofrezcamos a los niños otra manera de aprender, acorde a sus intereses o motivaciones. Porque leer es mucho más que decir en voz alta aquellas palabras escritas en un texto; leer es comprender, interpretar, pensar, opinar, recabar información, recordar, atender, memorizar y muchas habilidades más que trabajamos con la lectura, casi sin darnos cuenta.

Se define el acto lector como “acto voluntario de comunicación escrita mediante el cual el lector descodifica y atribuye significado a un texto redactado (codificado) por un emisor que habitualmente se halla ausente del acto comunicativo” (Labajo, I. 2019).

El primer aspecto que quiero reseñar en cuanto a la lectura, que no me cansaré de decir, es que no estoy de acuerdo con la manera en que se hace. Y me estoy refiriendo sobre todo a la edad. Proliferan los centros que presumen que sus niños de infantil saben leer, antes con 5 años, ahora algunos incluso con 4 años... lo considero una idea garrafal. Si son niños que han aprendido por propio interés, que su inquietud los ha llevado a preguntar y esforzarse y querer conocer lo que pone en un texto, sería maravilloso, es la mejor manera de aprender. Pero desgraciadamente no es el caso, aprenden por obligación a edades a las que no están preparados para ello. Y lo peor es que eso trae consecuencias negativas para otros aprendizajes posteriores. Por no hablar del desencanto que se crea con la lectura, proporcionando en muchos casos niños de 8, 9 o 10 años que detestan leer.

Son tres las habilidades que intervienen en la lectura; atender, memorizar y comprender. Pero también hay otras microhabilidades que componen la habilidad visual que pueden ayudar a explicar situaciones de retraso lector o dificultades para memorizar, leer o comprender. Y que no son tenidas en cuenta en la mayoría de los casos. 

Es sorprendente la variedad de métodos que existen para aprender a leer, desconocía que fueran tantos. Y lo cierto es que alguno de ellos me ha costado un poco más comprenderlo. Creo que es un aspecto en el que debería profundizar un poco más como futura maestra de primaria, ya que es probable que en algún momento me toque enseñar a leer o "reenseñar" a quién no ha conseguido aprender. Y cuanto más variedad conozca y sepa manejar, más recursos y opciones podré proporcionar a mi alumnado y adaptarme a su progreso y necesidad. 

España va a la cola de Europa en competencia lectora y está en nuestra mano cambiarlo. Necesitamos cambiar la forma de aprender a leer, hay que conseguir despertar la curiosidad entre el alumnado y no centrarnos simplemente en mandar infinidad de libros sin interés para ellos. No es una tarea nada fácil, desde luego, pero a través de variedad de actividades, de trabajar temas cercanos para ellos y motivadores, y de hacerlo de forma regular y progresiva (una vez más) podemos ir cambiando la costumbre y los hábitos lectores y conseguir mejorar esa competencia, no para un ranking sino para nuestro alumnado. 

Es importante conocer que hay dos tipos de lectura: lectura oral y lectura silenciosa. La lectura oral, por tanto, es aquella en que el destinatario último no es el lector sino el auditorio, y tiene una finalidad de auténtica comunicación. La lectura en voz alta está más cerca de un acto de expresión oral que de un acto de lectura usual y personal para buscar placer o información” (Labajo, I. 2019). Y que en el aula debemos trabajar ambas de la forma más variada posible. 

Con el tercer bloque nos metemos en el mundo de la escritura. Aparte de la grafomotricidad influyen varios factores (físico-fisiológicos, psíquico-cognitivos y socioculturales) para el desarrollo de la escritura, muy conocidos y fáciles de deducir, pero, en mi opinión, deberían tenerse más en cuenta a la hora de adaptar el proceso de aprendizaje de la escritura en esta etapa, ya que, en muchas ocasiones, parte del alumnado se encuentra frustrado al no conseguir el aprendizaje deseado o exigido por el adulto. Como futuros docentes no debemos olvidar las necesidades y situaciones de cada uno de ellos puesto que éstas serán muy influyentes en su manera de trabajar y aprender.

Me ha sido muy útil constatar la cantidad de formas que tenemos para trabajar la escritura, como siempre desde un aspecto variado y motivador. Quiero destacar el decálogo de Cassany, que me ha llamado mucho la atención. Lo considero muy importante ya que, explica y define, de manera breve y concisa, muchos elementos que debemos tener en cuenta como docentes a la hora de enseñar a escribir a nuestro alumnado, así como para ayudarles a reforzar y practicar aquello que necesiten.

Como en otros aspectos vistos en esta asignatura, como maestras, debemos servir de ejemplo, cuidando nuestra escritura y aportando escritos propios siempre que se tenga ocasión, por ejemplo, al solicitar una redacción a los alumnos realizarla nosotras también y leerla en la clase. 

En este aspecto me ocurre algo parecido a lo mencionado en la lectura. Creo que en la etapa anterior, más que centrarnos en que sepan escribir correctamente las letras deberíamos prestar más atención a realizar actividades que desarrollen y fortalezcan la musculatura de sus manos y muñecas. Es una de las habilidades necesarias para poder tener soltura en el trazo, agarrar con firmeza el lápiz y tener una coordinación óculo-manual correcta. Como sucede en otros aspectos de la vida, estos procesos y capacidades hay que desarrollarlas y para ello debemos trabajarlas y potenciarlas y darle la importancia que se merecen.


En definitiva, estoy muy contenta con la asignatura, he disfrutado mucho con los contenidos que hemos visto y creo que me llevo un aprendizaje muy valioso. Esta forma de trabajar, a través de un blog, no es nueva para mi, y aunque en algunos momentos puede resultar tedioso es un formato interesante. De alguna manera te encuentras plasmando ideas, conocimientos y pensamientos casi como si de un diario se tratase, lo cual es muy enriquecedor. Para mi futuro profesional espero ser capaz de despertar en mis alumnos el interés que ha despertado siempre esta asignatura en mi, al igual que poder transmitirlo tan bien como lo ha hecho José con nosotros a lo largo de la asignatura. Gracias.

BIBLIOGRAFÍA
Labajo, I. (2019) Teoría de Didáctica de la lengua española. Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral.
Labajo, I. (2019). Teoría de Didáctica de la lengua española. Bloque 2: Comunicación escrita: la lectura.
Labajo, I. (2019). Teoría de Didáctica de la lengua española. Bloque 3: Comunicación escrita: la escritura. 
Labajo, I. (2019). Teoría de Didáctica de la lengua española. Bloque 4: El sistema de la lengua: ortografía y semántica.
Labajo, I. (2019). Teoría de Didáctica de la lengua española. Bloque 5: El sistema de la lengua: morfología y sintaxis.

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