Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral

La propuesta para este tema es plantear una actividad de comunicación oral en gran grupo.

Para plantear la actividad partimos de la siguiente hipótesis: se trata de un grupo de tercero de primaria en el que hemos detectado que hay algunos problemas de comunicación entre ellos, especialmente nos hemos dado cuenta de que han proliferado los insultos entre los compañeros de clase, fundamentalmente en el patio, pero también de forma generalizada en el resto del horario. Se decide hacer un diálogo en clase para tratar el tema de los insultos. 

Anteriormente ya hemos realizado algún diálogo en la clase sobre algún tema que les interesaba a los alumnos, por lo que ya tienen cierta noción acerca de la dinámica de este sistema. De todas formas, se les recordará las normas básicas de funcionamiento antes de realizarlo.

Además, en clase contamos con dos casos especiales con lo que tendremos especial cuidado y procederemos de forma específica. Se trata de un alumno que no participa en los diálogos orales y de otro que no respeta, no escucha y habla continuamente para imponer su punto de vista.

Antes de desarrollar la actividad cabe recordar alguna diferencia entre debate y diálogo. Es cierto que en los diálogos pueden debatirse puntos y que en el debate se dialoga, porque hay intercambio comunicativo... Pero un debate se basa en oponer ideas y, en el diálogo, no es necesario. En este caso no pretendemos crear un bando a favor de los insultos y otro en contra, sino a través de diálogo trabajar con el alumnado una problemática social del entorno escolar. Por lo tanto se pretende permitir a los estudiante que reflexionen sobre sus propias actuaciones y posibles soluciones.

CONTEXTO Y NORMAS:

Como ya he explicado anteriormente, partimos de una situación en la que se ha detectado una problemática escolar relacionada con la proliferación de insultos hacia los compañeros. Es por ello que se decide trabajar con los alumnos a través de un diálogo de participación en el que se expongan opiniones, se propicie la reflexión y se puedan tomar decisiones para solucionar el problema.

Se recuerda al alumnado antes de empezar las normas básicas de respeto y convivencia para el desarrollo de la actividad. Estas normas se resumen en:

- Se debe levantar la mano para tomar la palabra.

- Cuando no es tu turno debes permanecer en silencio y atento a lo que se está diciendo para poder intervenir más adelante y aportar tus ideas.

- Se deben respetar las opiniones de los compañeros.

- Todos tenemos algo que aportar, piensa y contribuye al diálogo.

También se recordará que para que haya una buena comunicación se deben tener en cuenta estos seis elementos indispensables en el acto de comunicación que siempre se realiza dentro de un contexto y una situación.:

Es cierto que este esquema es incompleto, ya que la comunicación es algo más compleja y en ocasiones, por ejemplo, se puede dar el caso de que el emisor y el receptor sean la misma persona (cuando "hablamos" con nosotros mismos, por ejemplo al organizar nuestras ideas antes de intervenir)
CÓMO SE PLANTEA EL TEMA:

Para introducir el tema partiremos de una lectura de una serie de pautas de convivencia en las que no todas serán pautas correctas y apropiadas sino que también aparecerán otras inapropiadas tales como insultar, pegar, molestar y otra similares.

A raíz de esta lectura plantearemos si consideran que son una buenas pautas de convivencia y daremos pie a que comience un diálogo entre ellos. Evidentemente habrá algunas que puedan suscitar duda para promover la reflexión y la necesidad de expresar diferentes opiniones e incluso de tener que llegar a acuerdos.

No tardarán mucho en salir los insultos como una conducta de convivencia y respeto inapropiada y será en ese momento cuando se encauce el diálogo a ese tema.

PREGUNTAS DE ANDAMIAJE:

Para animar la continuidad del diálogo se deben tener preparadas algunas preguntas, denominadas de andamiaje, que permiten evitar que la comunicación se estanque. Es este caso algunas de las preguntas podrían ser:

- ¿Es apropiado insultar a otra persona?

- ¿Por qué creéis que se producen los insultos?

- ¿En algún momento habéis insultado o habéis sido insultados?

- ¿Qué se podría hacer en su lugar?

Para los dos casos especiales que tenemos en el aula habría que tomar algunas medidas concretas. Para favorecer la participación del que no suele hacerlo se ha pensado la norma de "Todos tenemos algo que aportar, piensa y contribuye al diálogo". Es cierto, que no saldrá de su propia iniciativa inicialmente pero se puede favorecer la participación de todos preguntando a algunos niños en concreto sobre lo que ha dicho un compañero y si están de acuerdo, y no me refiero a que repitan lo que ha dicho el otro sino a qué expongan su opinión al respecto y contribuyan con una nueva aportación a la idea que han dado o a la opinión del compañero.

Como medida adicional para trabajar con el alumno que no respeta, no escucha y habla continuamente se puede crear un micrófono simbólico que da la palabra a aquel que lo tenga, de tal forma que los demás deberán estar en silencio si no es su turno y por lo tanto no lo tienen.

Es importante crear en la escuela situaciones de expresión oral, individual o grupal como en este caso, donde el respeto sea absoluto, tanto entre los alumnos como entre los adultos y los niños, donde todos se sientan libres para equivocarse, entendiendo el error como una oportunidad para aprender y mejorar.

EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD:

Para finalizar la actividad, y como en todo proceso de enseñanza aprendizaje, es necesario realizar una evaluación de la misma. Para ello, por un lado, se deberá realizar una pequeña autoevaluación en la que cada niño expresará cómo se ha sentido durante la actividad. Algunas de las preguntas a responder podrían ser:
- ¿He respetado el turno de palabra?
- ¿Cada vez que he querido intervenir he levantado la mano y he permanecido en silencio hasta que me tocara participar?
- ¿He prestado atención a las intervenciones de mis compañeros para posteriormente poder aportar mi opinión?
- ¿He tomado la palabra en más de una ocasión a lo largo de la actividad?
- ¿He respetado la opinión de mis compañeros?
- ¿Sé aportar mi punto de vista si menospreciar otras opiniones?
- ¿He aprendido algo nuevo que me enriquece como persona?
Si las posibles respuestas que se les dan son: Sí, a veces, poco, o nunca, nos permite, una vez finalizada esta evaluación, orientarles hacia la mejora, ya que lo más apropiado, el mejor aprendizaje de este tipo de actividades estaría cuando se consigue contestar honestamente sí a todas las preguntas anteriores.
Para dinamizar la autoevaluación en vez de hacerlo por escrito se puede hacer mediante post-it. Se hacen cuatro columnas en la pizarra, una para cada respuesta, y se van realizando las preguntas. Cada niño coloca el post-it en la respuesta que él considera. Al finalizar, podemos ir valorando por preguntas, qué resultado o impresiones generales ha habido, y si es un aspecto que se debe mejorar, mucho, algo, o poco, en general en la clase. Esta forma de hacerlo no es tan individualizada, pero nos da ideas generales, que también son interesantes de considerar.
Si se realizan con frecuencia diálogos o debates se pueden alternar las formas de autoevaluación, a veces individuales por escrito, y otras individuales, pero con resultados comunes como la expuesta de los post-it.
Por otro lado, también es interesante, como maestro, darles un feedback de cómo has visto el desarrollo de la actividad, el tipo de intervenciones que se han realizado, el respeto hacia los demás, los turnos de palabra, etc. Se pueden dar ejemplos de cosas que has considerado muy positivas, y de otras que crees que se deberían mejorar para beneficio de todos.
Lo más interesante de hacer un diálogo o un debate en clase es que no se haga de forma puntual, sino que a lo largo del curso de realicen varios, y no necesariamente en la clase de lengua, el resto de materias también son susceptibles de debatirse o de dialogar sobre temas relacionados con las mismas.

BIBLIOGRAFÍA:

Labajo, I. (2020) Teoría de Didáctica de la lengua española. Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral.